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Sobre el "baiting" argumental

Estás en una reunión en la que se exponen dos formas distintas de avanzar en un proceso, o en una cena en la que hay dos puntos de vista bien distintos sobre cómo actuar y proceder sobre una misma realidad, o en una mesa redonda donde se debate sobre la el origen de un hecho dado con dos posibilidades sobre la misma y tu defiendes una.  Tu contendiente expone su posición con tono bajo, sonrisa constante, posición corporal sosegada y actúa como si tu no existieras, de hecho has intentado contrargumentar pero te ha hecho el mismo caso que le hace a la conversación que se está produciendo entre dos habitantes de Alaska en ese mismo momento. Su argumentario es cada vez más impositivo, su punto de vista se transforma en “verdad universal” no hay nada que pueda discutir lo que está diciendo, y tú, que te sientes totalmente legitimado para responder y explicarle a él y a los que asisten a la puesta en escena, te sientes deslegitimado, porque para el otro simplemente no existes, tu postura sim

La potencia sin comunicación no sirve de nada

Ni el poder hace que la comunicación sea óptima “per se” ni la comunicación tiene recorrido si no hay una base potente detrás (“quién lo dice ”, “qué dice”, “cómo lo dice” y “porque lo dice”). Soy de los que cree que la comunicación y el poder deben ir cogidos de la mano, si comunicas sin poder no tienes alcance, si no comunicas o comunicas mal con poder el chasco puede ser y a menudo vemos que es catastrófico.  Hemos vivido un ejemplo estos últimos días; una idea plausible a todas luces (más allá de estar de acuerdo o no con ella) que se desmorona por falta de planificación, estrategia  y especialmente de comunicación interna y externa. Me refiero de la “súper liga”, una iniciativa que no sé si será o no será una realidad, pero que sin duda desde el punto de vista de comunicación ha dejado mucho que desear.  y no, no ha sido esta vez por falta de recursos, ni de apoyos de posibles socios potentes  lo que hace que se tambalée 48 horas después de su naciomiento el proyecto que iba o va

El Legado (II)

A Sergi le obsesionaba la proximidad, no se me ocurre mejor manera de definirlo.  Yo le admiraba por eso. Era una de esas personas puras, que da oportunidades de escucha y conversación sin más interés que el de aprender y compartir; le daba igual tu cargo, tu experiencia o tu declaración de renta, siempre estaba dispuesto a escucharte y a opinar si así lo veía conveniente. No era un discutidor ni un polemista nato en el tú a tú, y no era un tío fácil de entrevistar, nunca sabías por donde podía salir (a mi mismo me pongo por testigo, el Impredecible Sergi Verge era impredecible de verdad).  Otra cosa era Sergi y su endiablada y mordaz argumentación con un teclado delante, un tiempo de reflexión y ganas, a modo de divertimento, de hacer enfurecer el avispero. Ahí no tenía rival, representación, agente del comprador, agente del vendedor, las personas primero, la ética… Siempre sabía cómo buscar y encontrar de forma directa la reflexión y provocación entre “aquello que debería hacerse” qu

El legado (I)

El legado (Parte1) No. Para aquel que pueda pensarlo y dada la susceptibilidad que el sector muchas veces esgrime, con este artículo no pretendo coger la antorcha que llevaba Sergi, ni quiero ni puedo, así que todos tranquilos, que esto no es un alegato para pedir popularidad, ni tampoco voy a ponerme en boca ni a interpretar palabras que ni son mías ni lo serán. Ya ha pasado más de una semana y me siento fuerte para empezar escribir con la razón, y no solo con el corazón.   Sé que a él le hubiera gustado que escribiera esto, estoy convencido. El 80% de las conversaciones que mantenía con Sergi era sobre el oficio inmobiliario. Nuestro Sergi, Más allá del “inmobiliario de Calafell” tenía una visión clarividente de qué es un inmobiliario y cómo debe ser el oficio del inmobiliairo, le encantaba hablar de este tema; “olvidémonos de la gente de americana y corbata, del sector visto desde el punto de vista de la representatividad institucional,  me aburre. Hablemos del inmobiliario de a pie

Carta a un amigo

Son las 16 30, mi teléfono hierbe y no me apetece mirarlo ni contestar a todos los que me llaman y mandan mensajes, espero que me comprendan, espero que me perdonen. Intento distraerme con otras cosas, pero sin éxito. Éxito, menuda ironía.  Llamo una y otra vez a tu teléfono para escuchar tu contestador “Hola soy Sergi Verge, en este momento no te puedo atender porque estoy vendiendo una casa, déjame tu mensaje y te llamaré en seguida, disculpa las molestias.”  ¿Como empezar? Tengo la necesidad de escribir y decir tanto y no tengo ni idea de cómo hacerlo. Esto es un palo muy gordo.   Tu eras especial, lo fuiste desde que te conocí. Mi primer recuerdo tuyo es en Valencia, en el congreso de Asicval. Fue la primera vez que interactuamos; yo como quien dice empezaba y tu ya reventabas escenarios. Dabas esa mañana “El poder de la exclusiva” y me senté en las filas posteriores para ver por primera vez esa “magia” de la que tanto había oído hablar, esas 4 horas que  tantas vidas profesionales

SOBRE S.T.A.Y.

Cada vez que escucho S.T.A.Y. , que aparece en modo random en las listas de reproducción que me pongo para leer, se me eriza la piel y el vello de los brazos empieza a intentar perseguir el cielo.. Sus primeros compase hacen que deje lo que estoy leyendo para mirar el reproductor, embobado, como si esperara una respuesta a una pregunta que no me hago. Luego me recorre esa sensación vertiginosa y emotiva  por la espaldada y me digo a mi mismo; “¿Cómo se puede hacer algo tan bien?, ¿Cómo una melodía puede representar tan bien una película, una historia al fin y al cabo?. No se me ocurre qué otra melodía podría representar de forma tan potente una historia como la de "Interestelar", que bueno es el maldito Hanz Zimmer, Dios sabe que “Interestelar” no sería el peliculón que es sin esa melodía, capaz de aportar misterio, curiosidad, esperanza y preocupación al mismo tiempo, meintras se desarrollan los hechos. Que pasada y que privilegio  ser capaz de imaginar y crear a través de c

Sobre ClubHouse

Todo empezó hace apenas 48 horas. Estaba tan tranquilo en el sofá de casa, creo recordar que viendo una serie con mi hijo (que suele ser una serie que le gusta a él y yo le acompaño en el visionado) cuando me llegó un whastapp de una buena amiga, de la que voy a preservar su anonimato porque no sé hasta que punto querría salir en mi blog.  -         Pere, ¿Conoces ClubHouse? A esas cuatro palabras le seguía un artículo del periódico “El País” que se titula “Clubhouse, la nueva red social del audio” y le acompañaba un subtexto “Conocemos de cerca la nueva app de voz exclusiva de moda en Silicon Valley”.  Lectura en diagonal, pensamientos random, “¿Cómo es posible que yo no me entere de estas cosas?” “Trabajas demasiado”, “Esto hay que probarlo”. Mi amiga, en una de sus frases siguientes de la conversación, me espeta;  -         Lo vas a escuchar cada rato a partir de ahora.  Y un posterior (con cierto tono de placer por su parte) :  -         Ves, ni tu lo conocías! En ese mismo momento